30 julio 2006

Para vos, ¿con o sin camarita?


Cuando un celular es robado, a los comerciantes de celulares les conviene que el ladrón lo venda o siga utilizanso el servicio y consumiendo; mientras la víctima del robo compra otro teléfono celular y sigue consumiendo.

Para poder bloquear tu celular, la empresa te solicita el número de serie. Por increíble que parezca, este número no te lo facilita la empresa, aunque sólo bloquean el celular si tú provees el número de serie.

Para obtener el número de serie de tu celular, debes marcar *#06# sin marcar send. Aparecerá en el visor un código. Este código es único: IMEI.

Toma nota del mismo y conservalo. Si te llegasen a robar el celular, avisa al operador de la empresa que te brinda el servicio de tu teléfono y dale el código IMEI. De esa manera tu celular podrá ser bloqueado completamente, aunque el ladrón cambie la tarjeta SIM.

Probablemente no recuperes tu celular. Pero, al menos, quien lo haya robado no podrá utilizarlo nunca y, por consiguiente, le resultará difícil de vender.

Si toda la gente supiera esto, ¿disminuiría el robo de teléfonos celulares?

29 julio 2006

Algo había que decir del granizo...



... pero realmente no se me ocurrió qué. Así que me limito a deleitar los finos paladares con el humor de Daniel Paz, y Andy (mi niño interior...).
M.




28 julio 2006

"Los militares son ciudadanos que trabajan de militares"

Del dicho al hecho se acortó el trecho... (y era hora...)
SE ELIMINARA EL CODIGO DE JUSTICIA MILITAR Y SE DEFINIRA OTRO REGIMEN DISCIPLINARIO

En camino a ser ciudadanos de uniforme


El anteproyecto de un nuevo sistema que derogue la pena de muerte, someta a los uniformados a la Justicia ordinaria y regule otro régimen de sanciones y de delitos en tiempos de guerra fue entregado ayer por la ministra de Defensa, Nilda Garré, a las Fuerzas Armadas. Argentina se comprometió ante la CIDH a replantear la Justicia militar.

Por Nora Veiras

La eliminación del Código de Justicia Militar que implica la desaparición en el ordenamiento jurídico argentino de la pena de muerte y la supresión de un virtual fuero castrense son dos de los ejes del anteproyecto de reforma del sistema de Justicia que le entregó a la ministra de Defensa, Nilda Garré, la comisión ad hoc creada en marzo pasado. Ayer recibieron el borrador los jefes de las tres Fuerzas Armadas y del Estado Mayor Conjunto. Se prevé que en octubre, el Ejecutivo enviará al Congreso los proyectos de ley para hacer operativo el nuevo sistema, que reubicará a los uniformados en el mismo escalón que el resto de los iudadanos. De esa forma, cumplirá con el compromiso de “solución amistosa” del conflicto planteado contra el Estado argentino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por dos militares a quienes no se les garantizó el derecho a defensa.

La derogación del Código de Justicia Militar vigente es la primera medida que se tendrá que tomar para poner en práctica el nuevo sistema. En simultáneo se propone la modificación del Código Penal, de forma tal que toda decisión del ámbito militar pueda ser revisada por la Justicia Civil. En 1984, el ex presidente Raúl Alfonsín dispuso como excepcionalidad que los fallos castrenses puedan ser apelados ante la Justicia Federal por la reticencia de los uniformados a procesar a los responsables del terrorismo de Estado. En el 2000, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (Consufa) tuvo la audacia de declararse competente en la causa abierta por el robo de bebés, decisión que no prosperó por el rechazo de la Cámara de Casación. Hoy en día, los represores –entre ellos Luciano Benjamín Menéndez y Miguel Etchecolatz– suelen negarse a declarar y reclaman la jurisdicción militar. La posibilidad de esbozar ese argumento caerá, de hecho, con la reforma propuesta.
El 6 de marzo pasado, Defensa convocó para elaborar el proyecto al ministro de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni en su rol de presidente del Instituto de Derecho Penal de la Universidad de Buenos Aires (UBA); al director del Inecip, Alberto Binder; a la jueza Mirta López González, de la Asociación de Mujeres Jueces; a Gastón Chillier, director ejecutivo del CELS; a Diego Frydman, del Cippec; a Gabriel Valladares, de la Cruz Roja; al contraalmirante José O’Reilly, auditor general de las Fuerzas Armadas; y al coronel auditor Manuel Lozano. Durante cuatro meses, los especialistas trabajaron en tres subcomisiones: una analizó cómo incorporar al Código Penal los delitos de tipo militar, otra se ocupó de elaborar un régimen disciplinario que regule el comportamiento dentro de las Fuerzas Armadas y otra elaboró un sistema de normas sobre la actividad militar en tiempos de guerra y en las misiones de paz.
En quince días, las Fuerzas Armadas tendrán que elevar a Defensa sus observaciones sobre el proyecto. También será sometido a consideración de los departamentos de Derecho Penal y Derecho Público de las universidades nacionales; departamentos de Ciencia Política y organizaciones de la sociedad civil. Una vez concluido el proceso se elevarán tres proyectos de ley:

- De modificación del Código Penal.

- De creación de un nuevo Régimen Disciplinario.

- De regulación de delitos en tiempo de guerra.

[Sigue acá]

26 julio 2006

¿Viene?

Finalmente, el sello Ultrapop lanzará una edición local de su último disco "Desaparezca Aquí".
¿Lo veremos antes de fin de año por estas latitudes?

25 julio 2006

Universo Blog

"La tendencia natural de las cosas es el desorden."
E. Schröedinger
Bien. Intentaré explicar un poco de qué se trata esto... Paciencia pequeños saltamontes.
Hace unas semanas, tras previa e inesperada recomendación, leí “El Caos”, del argentino J. Rodolfo Wilcock, cuento que me servirá para “justificar” la existencia de este blog. El personaje del cuento es un sujeto con ilimitadas limitaciones, apasionado por la metafísica y por descubrir cuál es el verdadero sentido del universo. La cuestión es que dicho sujeto llega a la shakesperiana conclusión de que aquella verdad que buscaba no es más que "el absoluto imperio del caos, la omnipresencia de la nada, la suprema inexistencia de nuestra existencia". En un primer punto, me detengo a comentar que precisamente es esta la ley que rige nuestro mundo y este blog: la total ausencia de orden, de lógica y la eminente presencia del azar en cada post.
Volviendo al cuento: una vez descubierto esto, que el universo no es más que una serie caótica, el sujeto decide organizar grandes fiestas en dónde reinará el caos; deseaba introducir el azar mismo en cada invitado, imitando la esencia caótica de la vida misma. El caos, este desorden forzado a nacer en dichas fiestas, comienza entonces a reproducirse y a expandirse y acaba por dominar la vida social entera. Pero es aquí donde el personaje encuentra su decepción: al final, este caos constante terminaría por convertirse en algo normal, algo rutinario… algo ordenado. Dice:
“El caos era siempre el mismo; el viejo orden sólo se había llamado orden porque al hombre le encanta usar esa palabra, pero con un poco de buena voluntad también podía haberse llamado el viejo caos.”
Entonces, el hombre, si bien se apodera de la palabra (por la que, según el sujeto, tiene especial afección), está imposibilitado de manejar orden alguno en el universo: el orden y el caos funcionan no como contrarios, como opuestos, sino como dos mitades fundidas del mismo melón cósmico que es el universo. Se funden, no se distingue uno del otro; y el hombre, usted que lee y yo que escribo, está totalmente incapacitado para demarcarlos y controlarlos. ¿O podemos acaso generar un orden completo bajo este presupuesto de que el universo tiende al caos? ¿O podemos vivir en un caos permanente, sin que esa situación se estabilice, se ordene?
Y de la misma manera, en este blog, estamos (tanto yo que escribo, como usted que lee) totalmente incapacitados para demarcar y establecer algún tipo de orden, de coherencia, de lógica en los discursos... Y de eso se trata este blog, que así como el universo, se autorregula en su propio equilibrio de orden/caos, coherencia/incoherencia. (Y sino, que mejor ejemplo que el presente post).
Grandes preguntas, entonces, las que genera en la mente este cuento de Wilcock (que comparte libro con otros más, los cuales recomiendo a todo quien disponga de tiempo y sepa disfrutar de una buena lectura); grandes preguntas con respuestas indeterminadas, ya que no está en ninguno de nosotros (usted que lee y yo que escribo) la capacidad de responder, pues como el mismo sujeto dice:

“no soy mas que un ser humano como los demás: débil, impedido, sordo y casi ciego, abandonado a la merced de las circunstancias, una voluntad insegura plantada en un cuerpo inadecuado, una ilusión de orden y de existencia en medio de un caos de desorden y de inexistencia, un suspiro de la naturaleza, y para peor un suspiro incompleto”. (1)

M.

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(1) Wilcock, J. Rodolfo, El Caos, Argentina: Editorial Sudamericana, 1999.