Palermo, Mordaza y Tango

La nieve nos sorprendió. El frío nos enfermó. Nos enteramos que Lee Hazlewood murió. Mientras tanto descubrimos nueva e interesante música, como la que ahora suena mientras lees esto. Nos cuentan que viene Nouvelle Vague. La constancia en ingerir té con miel y limón nos ayudó a recobrar la salud. Nave Jungla retorna fugazmente, quebrantando las fronteras del tiempo y del espacio, irrumpiendo con una de sus ya míticas fiestas. Comenzaron las clases. Y Palermo sigue creciendo, cual cáncer urbano, deglutiendo a cuanto barrio de Buenos Aires toca en su avance: últimamente escuché hablar de "Palermo Bel Air", y no supe a cuál lugar de Buenos Aires se referían. Aunque tampoco me quita el sueño averiguarlo. Mientras espero, sin prisa alguna, que la fauna neo-palermitana se refiera al querido barrio de Villa Crespo como "Palermo Kosher".

Entre medio de todas esas cosas, en una charla con una amiga, también blogger ella, surge el tema de los muchos cuelgues que uno se suele topar a la hora de actualizar su blog. Que no viene a la mente qué se puede postear. Que falta el tiempo. Que uno se cuelga. Que se necesitan vacaciones de tanta computadora. Que está bueno tener vida más allá de la internet.

Pero lo que más me llamó la atención fue algo que le está pasando a ella ultimamente: como la gente de su entorno (esa que muchos supimos conseguir en nuestra vida previa a la existencia de cada uno de nuestros queridos blogs) conoce su faceta blogger, bueno, se siente "amordazada" a la hora de poder expresar en posts lo que le está pasando en su vida ultimamente, ya que desde hace un tiempo se encuentra pasando por una etapa en la cual está algo alejada (en cuanto a onda, no físicamente) de aquél entorno al cual me referí.

Para hacerla corta, la cuestión es:

¿cuántos de nosotros le comentamos a la gente que nos acompaña desde nuestra vida previa a ser bloggers, nuestra actividad "bloggeril"? ¿Hay que comentar sin dramas frente al posible "qué dirán"? ¿O bien hay que mantener esta faceta oculta, para así sentirnos menos "presionados" a la hora de usar nuestro blog como medio de libre expresión?

¡Abierto el debate está! (pasa que estuve viendo la Guerra de las Galaxias, y eso me recordó lo grosso que es Yoda)



Mientras piensan un poco en eso y van preparando los deditos para dejar comments, les cuento sobre las clases de tango que lleva a cabo la gente amiga de Mala Junta Tango Club.

Y aunque parezca que nada es gratis en la vida, nos dijeron que para los lectores de este blog que estén interesados en acercarse a tomar clases de tango corre la promoción "primera clase gratis". Siempre que, obviamente, mencionen que se enteraron de dichas clases a través de este, su servicial blog amigo.

Así que ya saben: ahora tienen una excusa menos para no bailar tango.